domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Cómo son mis días?

Mis días eran iguales, porque yo así los quería, Veronika padecía una terrible enfermedad, sabía que iba a morir en cualquier momento y lo aceptó, en realidad ella buscaba su muerte ya que para ella su vida no tenía sentido. Se enteró de esta enfermedad al corazón cuando trató de suicidarse, y en el proceso de recuperación “sicológica” de ese “incidente” se dio cuenta del verdadero sentido que tenía la vida, el significado que podía adquirir la vida para ella y para todos aquellos quienes la rodean. Veronika finalmente decide en que no quiere morir, involucró a lo que siempre le rehuyó, sus sentimientos, no quiere dejar sola a la persona que le devolvió el sentido a la vida, ella no sabe que pasará solo sabe que cada día es un milagro de vida.

Lo que acabo de decir es el sentido que le doy al libro de Paulo Coelho “Veronika decide morir”, de seguro esta es una visión mínima de lo que es la obra en si, pero es lo que puedo expresar en este momento, es mucho más lo que nos deja. 

En cierto sentido me identifico con eso de que “mis días eran iguales, porque yo así los quería”, sé que aun es así, aun me siento prisionera y no puedo escapar, sigo en ese círculo de locura irracional por querer no solo controlar mi peso sino también distintos aspectos de mi vida. No sé últimamente me he sentido plena y feliz pero al mismo tiempo eso me hace temer que se puede acabar y quedarme nuevamente sola, con mis pensamientos y mi locura. Me preguntó ¿Por qué soy así? Quisiera cambiar, pero si lo hago que sea para mi, no para satisfacer a las demás personas, me cansa eso de vivir para “caer bien” o para ser “aceptado” “querido” o “valorado” por la sociedad – inclusive por aquellos quienes te rodean – mi proceso de recuperación a veces siento que ha sido de boca para fuera y no sincero, todavía hay días en los cuales quiero desaparecer o salir de mi vida, mirar desde arriba a todo el mundo y darme cuenta como es su comportamiento no estando en sus vidas, no hablo de morir, sino de tener la oportunidad de desaparecer, simple como eso, pero seguir estando ahí para ver su comportamiento. Una locura tras otra.
Quiero correr por verdes prados, sentir el aire en mi cara, oler la tierra mojada después de la lluvia, las plantas, flores, llegar a un río cristalino y limpio, con muchos animalitos a su alrededor, que éstos se acerquen, me acaricien y me entreguen todo su amor. Después me gustaría tirarme en el pasto mirar al cielo y ver lo que hoy no puedo, sentir lo que no puedo, liberarme de todo lo malo, ser libre de pensamiento y de espíritu. Uf! Quisiera tantas cosas, que tan solo en mis sueños puedo alcanzar, quisiera que un instante de amor y felicidad fuera eterno y que no se perdiera por tonteras. Quisiera poder sonreír todos los días, no recordar los problemas, no quiero llorar por cualquier imbecilidad, estoy cansada de luchar todos los días ante cosas que me superan. Seguiría diciendo miles y miles de cosas, pero para qué no sacó nada con decirlas y no hacer nada por mí. Así que desde hoy lo he decidido, hacer lo que yo quiera, si quiero escapar y salir lo haré, si quiero desaparecer lo haré, si quiero salir a sentarme en una banca a pensar lo haré, no tendré temor en lo que voy a pensar o sentir, dejaré de limitar mis pensamientos y  mi espíritu tan solo para complacer a quien sea, seré yo y si les gusta bien y si no bien también, pecaré de egoísta pero necesito recuperarme de verdad y no de boca para afuera. Tal  como lo vio y sintió Veronika cada día será un día más en que habré ganado una batalla y podré vivir para ser feliz.

Ale Lebeau.- 

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