Este 8 de agosto se cumplen 5 años desde que partiste de viaje. Hace mucho tiempo te quise escribir pero existían cosas que me hacían detenerme y no poder expresar todo lo que siento.
Sabes cuando decidiste que era tiempo de partir mi corazón se destrozó, recuerdo que cuando llegaste a mi pieza a despedirte sentí que una parte de mi se iba contigo, después solo fue desconsuelo y dolor. Me arrancaban el corazón de mi pecho, lo tomaban, lo apretaban fuertemente y éste se destruía lentamente. En esos momentos en lo único que pensaba era que ya no estabas. Después comprendí que a pesar que no estés físicamente acá dejaste un pedacito de tu corazón con el mío, así como te llevaste una parte del mío.
Fueron lindos 11 meses junto a ti, en los cuales te entregué todo de mi, eras mi universo, alegría, todo lo que se puede imaginar (y lo que no también) y aun lo sigues siendo. Hay días en los cuales aun te converso ¿me escuchas? Quiero creer que sí. Gabriel siempre me pregunto por qué decidiste partir y dejarnos con esta penita. Quizá era tu destino llegar a nuestras vidas, sembrar tu amor y darnos una gran enseñanza, de valorar la vida y ser felices con lo poquito que tenemos.
A pesar de ello hay días en los cuales me gustaría estar contigo, sentir tu risa como cuando te cantaba mis canciones y ver tu sonrisa la cual me llenaba el corazón de amor. Te extraño demasiado y hoy se me hace imposible parar el dolor. Te quiero ver y decirte cuanto te extraño y que me haces falta. Sé que aun no es tiempo, tengo la convicción de cuando sea el día de nuestro encuentro vendrás a buscarme y me llevarás de la mano a aquel lugar en el que estás, y en ese momento ya no habrá dolor, tan solo felicidad.
Te pido algo, ven a visitarme en mis sueños, te necesito. Quiero que me ayudes a parar de sentir esta penita, quiero saber que estás bien y que eres feliz en tu viaje eterno.
Te amo Gabriel,
Mi ángel, mi viajero eterno.
Ale Lebeau.-
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